Es 1920. Un grupo de hombres, entre cuyos miembros se encuentra el ilustre «padre» de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle, fundan la Sociedad para el Estudio de las Imágenes Sobrenaturales y declaran: «Los miembros presentes aquí desean dejar constancia del hecho de que, tras muchos tests y el examen de miles de fotografías, están unánimamente de acuerdo en que se han obtenido resultados sobrenaturales en placas fotográficas sensibles bajo condiciones de testeo fidedignas».
En la reunión anual de esta sociedad, se toma una fotografía de grupo. A cargo de ello, William Hope de Crewe, conocido por sus fotografías «de espíritus». ¿Qué ocurrió a continuación? Sir Arthur Conan Doyle lo narra en El caso de la fotografía de espíritus, la novedad Wunderkammer de noviembre de 2021:
«Pasaremos ahora a la reproducción de caras y contaré un caso con el que todas las teorías más habituales sobre el cambio o la superposición de placas se vuelven insostenibles.
En la reunión anual de la Sociedad para el Estudio de las Imágenes Sobrenaturales, estando yo presente, se tomó una fotografía de los miembros como recuerdo, algo bastante habitual. Como Hope estaba presente, se le pidió que tomara una segunda fotografía con la esperanza de que pudiéramos obtener algún efecto psíquico. La placa se extrajo de un paquete sin abrir que guardaba en su bolsillo el secretario y unos quince de nosotros fuimos testigos de todo el proceso. Hope no recibió ninguna advertencia y no tuvo tiempo de preparar nada.
Uno de los miembros reveló la placa de inmediato y en la fotografía apareció un rostro adicional bien definido, en medio de una nube de ectoplasma. Un miembro de la Sociedad reconoció en el parecido de este retrato a su padre muerto.
Esta imagen, que se reproduce en la Figura 5, se obtuvo ante una audiencia de expertos, si es que hay hombre en este mundo con el derecho de llamarse a sí mismo experto en este tema. ¿Cómo se explica el fraude y cómo se puede obviar un caso semejante a la ligera? Concedamos que el hombre pudo haberse equivocado al reconocer a su padre, pero ¿cómo se explica entonces el efecto psíquico real?».
